lunes, 28 de enero de 2013

Expulsión de los judios de España

Mientras que Inglaterra y Francia habían expulsado a los judíos en 1290 y 1394, en los reinos hispanos habían acogido a un gran número de hebreos, aunque en 1391 se habían producido matanzas de judíos en Sevilla, Barcelona, Lérida, Valencia y Mallorca. Desde la persecución de 1391 y la conversión de miles de hebreos por esas fechas, el problema de los judíos pasó a ser una cuestión secundaria en Castilla y Aragón. Para los judíos conversos las barreras desaparecieron, podían ejercer cualquier oficio, llegar al gobierno de las ciudades o al servicio del Rey, sin olvidar los matrimonios contraídos con familias cristianas. En la ciudad de Burgos, el judío más rico e influyente era Salomon Ha-Levi, Gran Rabino y conocedor de los textos Talmúdicos y Rabínicos. El 21 de julio de 1390 se convirtió al cristianismo, junto con toda su familia: dos hermanos, cuatro hijos y una hija. Su esposa murió como judía poco después. Salomon Ha-Levi pasó entonces a llamarse Pablo de Santa María. Después de algunos años se doctoró en Teología en la Universidad de París, en 1405 fue nombrado Obispo de Cartagena por sus grandes conocimientos eclesiásticos. Entre (1415 - 1435) fue designado Obispo de Burgos. En 1416 fue designado Gran Canciller por el trastámara Enrique III 'El Doliente', Rey de Castilla y León durante el período (1390 - 1406). A la muerte del Rey, fue miembro del Consejo Real, ocupándose de los destinos de Castilla en nombre de la reina regente Catalina de Lancaster. Fue tutor del príncipe Juan, que heredaría el trono de Castilla y León con el nombre de Juan II. En 1408 los judíos castellanos y aragoneses fueron obligados a vivir en las Juderías, llevando distintivos especiales.

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